viernes, 28 de octubre de 2011

De puertas para adentro

Hola,

Hace algún tiempo que no hablamos, lo sé. Y aún más hablar de las cosas que deberíamos haber hablado. Sé que he cometido muchos errores, muchos más de los que la gente corriente perdonaría y que estoy muy lejos de ser perfecta. Pero te juro que hice lo mejor que pude con lo que tenía. Puede que a veces mires atrás y me veas como alguien débil, como alguien que no luchó lo suficiente, que no se esforzó lo suficiente. Tal vez haya momentos en los que me recuerdes con cariño, incluso con algo de ese amor que prometimos que no terminaría y que como todo en esta vida, termina por transformarse en cosas que ni nosotras mismas sabíamos que podían existir.
Soy consciente de mis errores, de todas las piedras que he ido dejando en el camino y asumo la responsabilidad de mis acciones más allá de lo que nadie pueda imaginarse, y por eso debo pedirte perdón. Y no un perdón como otros que hayas escuchado. Es un perdón más grande, que engloba más y más de lo que pueden ver los ojos. Perdón por no haber estado a la altura, por no haber sabido construirme con los ladrillos que me dabas mientras sonreías y decías que todo iría bien. Perdón por cerrar los ojos cuando había demasiada luz, esconderme en mi agujero y dejarte fuera de mi universo tantas veces.
No puedo culparte de que te crearas un planeta propio, el mío, el nuestro, era un planeta sin aire, sin agua, sin vida. Y pido perdón sobre todo por no haber sido lo suficientemente buena para ti, ni lo suficientemente buena para mí.

¿Por qué escribo estoy hoy? No lo sé, o tal vez sí. Tal vez esta sensación en el pecho y en estómago, este malestar que no se identificar debía salir por alguna parte. Estoy segura de que te molestará leer todo esto, te conozco, pero supongo que es la única que forma que tengo de expresarme, porque nunca se me ha dado demasiado bien hablar de mis sentimientos. Soy un evitadora, y lo sé.

Tal vez estoy escribiendo esto porque es la única forma que tengo de expresarme ahora mismo. Porque no puedo hablar contigo, porque no es justo que lo haga porque tampoco te lo mereces, y porque probablemente tardes días en leerlo. Tal vez sea la forma de decirme a mi misma que es realmente la hora de dejarte marchar. Tal vez sea eso lo que me está dando patadas en los pulmones. Quizá sea este preciso instante, en el que finalmente soy consciente de que te vas, y todo lo que no lloré entonces lo estoy llorando ahora. Y no, no te estoy pidiendo que te quedes, solo quería decirte adiós antes de que estuvieras tan lejos que no llegaras a oírme.






Besos

2 comentarios:

Besos Inocentes dijo...

Nunca es tarde ni son suficientes las veces para pedir perdón y te lo digo porque he estado en ambas partes (la que pide perdón por no luchar lo suficiente, y la que tiene que perdonar)
Me ha conmovido cada letra escrita, refleja mucho mi situación actual y, aunque ella se moleste (sus razones tendrá) y está muy bien que te expreses, no es bueno quedarse con cosas dentro.

XOX

Te da queen dijo...

Ayyyyy amiga eso son las consecuencias del no haberse expresado en su momento...
Me pongo en tu lugar y pienso mejor tarde que nunca y mejor sacarlo fuera.
Y me pongo en el otro lugar y pensaría a buenas horas...y "cobarde" por no expresarlo a la cara y en su momento...
Son fases...