miércoles, 10 de octubre de 2012

Pseudoinvierno

Hola,

1.

Nunca supo muy bien por qué ella era diferente al resto de las personas. Nunca entendió por qué a todos les resultaba tan facil sonreír, confiar, amar. Pero sabía que ella era distinta, y que su cuerpo no respondía a los mismos estímulos ni vibraba en la misma frecuencia que el resto de los mortales.

Ella siempre tenía las manos calientes, aunque hiciera tanto frío que pudieran helarse los pensamientos; tal vez fuera la sangre que le faltaba a su corazón. Porque ella era fría como esos días de invierno grises y escarchados, como el agua que se escurría entre el hielo. Pero sus manos sin embargo no, y eso la camuflaba entre el resto de seres de corazones cálidos y latientes. 

Recordaba haber sido así, como ellos. Recordaba haber sonreído, haber confiado y haber amado. Pero era un recuerdo lejano y borroso. Doloroso como las espinas clavadas en su espalda fruto de la inconsciencia de haber querido dormir sobre las rosas.


Besos