Hace 77 días que no actualizo. Casi se han cumplido los 94 días que me separaban de España, y los cuales pretendía contar uno a uno, pesarosamente, hasta volver. Y ahora no solo me quedo, si no que no sé cuando volveré. Aquel día habría firmado mi billete de vuelta sin retorno, aún teniendo presente eso que todo el mundo me decía de 'luego no te vas a querer venir'.
Y sí. Llevaban razón.
Han pasado 77 días y mi vida aquí roza levemente la perfección. Al menos, lo que yo considero perfección en este momento. Me llevo genial con toda la familia, los niños me adoran (y yo a ellos), tengo total manejo del coche (cosa que me hacía verdadera falta) y estoy jugando en el equipo de baloncesto del pueblo. Y el pueblo, oh, el pueblo; creo que Kenmare está hecho a mi justa medida. Por todo; por los sitios, por cómo está decorado, por su forma de entender la vida, por sus pubs oscuros con chimeneas y música en directo y por su frío para ponerse gorro desde septiembre.
Aquí, en Irlanda, en mitad de la nada, he encontrado una paz que creo que llevaba buscando mucho tiempo. La sensación de 'no estar donde debería estar ni haciendo lo que debería hacer' ha desaparecido, y no hay nada que, cuando abro los ojos por la mañana, se me agarre al pecho y me recuerde que hay algo que no encaja.
Siempre he pensado que a lo largo de nuestra vida tenemos que vivir muchas vidas diferentes. Y siempre lo había aplicado al amor, a eso de que no existe un amor para toda la vida, si no una vida para todos los amores; pero de un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que el amor romántico no es imprescindible en mi vida. Que lo son otros tipos de amor, como el amor de mi familia y de mis amigos queriéndome ver de vuelta. He llegado a ese punto que creía imposible de alcanzar, en el que soy feliz por méritos propios, y gracias a mis propias decisiones. Ya no me siento incompleta por no tener a alguien 'ahí'. Ahora he entendido que lo que nos hace felices, y nos llena, es ser un todo para compartir, y no una mitad por completar, y aquí y ahora, yo me siento completa.
Y feliz.
77 días desde que actualicé por última vez.
86 días desde que llegué aquí.
16 días para volver a casa.
Besos.
2 comentarios:
Me alegra leer esta entrada, no es fácil llegar a este punto pero es fantástico estar en él, feliz por y para una misma, sin esperar a nadie. No todo el mundo es capaz de conseguirlo, es más, diría que poca gente.
Pues eres realmente afortunada al llegar a esa conclusión. Para ser "felices" tenemos que bastarnos a nosotras mismas y no ser dependientes de nadie. Siempre habrá alguien que nos haga la puñeta, de una forma u otras. Eso no quiere decir que nos volvamos como ermitaños pero sí que valoremos en los demás en su justa medida.
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