Hola,
Enamórate. Aunque sea para dos días. Pero hazlo. Sonríele a la pantalla del móvil, al conductor del autobús, a tu vecina la antipática. Pásate horas hablando de ella con tus amigas hasta que no te escuchen. Apréndete poemas, dedícale canciones y hazle regalos absurdos. Invéntate excusas idiotas para verla. Miente. Miente todo lo que haga falta. Y llora. Llora todo lo que haga falta.
Róbale un beso mientras te habla. Consigue hacerla reír mientras bebe y haz apuestas absurdas sobre canciones que suenan en ese momento. Lánzale bolitas de papel para hacerla rabiar. Háblale susurrando. Cuéntale las cosas que te dan miedo y deja que ella te obligue a hacerlas. Abrázala si hace frío. Y si no, también. Despídete como si no fueras a verla más. Salúdala como si no fueras a volver a hacerlo. Haz que cada vez sea como la primera y aprovéchala como si estuvieras segura de que será la última.
Escríbele mensajes en las puertas de los bares. En las paredes de las calles, en las persianas metálicas y en la arena de la playa. Escríbele en tu piel. Compónle canciones. Dedícale textos. Haz del caos un arte. Cuelga fotos suyas en tu habitación y dale los buenos días y las buenas noches. Túmbate de lado y escucha tu corazón en la almohada imaginándote que es su pecho. Tócala. Muérdela. Haz que le tiemblen las piernas. Consigue que te pida más. Gánale la partida. Déjate ganar una vez. Y otra. Y pierde la cuenta. Quémate los labios de tanto besarla. Háblale al oído. Dile cosas obscenas. Dile que la quieres. Estremécete cuando diga tu nombre. Bébete una cerveza en la cama mientras la miras. Deja que te coja la mano al conducir. Bésala en los semáforos en rojo. Ponte nerviosa cuando notes que te mira mientras tú miras a la carretera. No le digas adiós. Échala de menos. Aguanta despierta de madrugada colgada del teléfono. Haz planes. Arranca hojas del calendario. Quiérela. Quiérela tanto que hasta te duela. Emociónate al escuchar 'esa' canción. Deja que tu estómago salte recordándola. Y repito, bajo ningún concepto le digas adiós.
Y llora. Llora cuando todo eso pare. Llora cuando no sepas si se repetirá alguna vez. Pásalo mal. Sufre. Hazte un cuatro en la cama. Pierde el apetito, las ganas de arreglarte y las ganas de dormir. Sé la chica más triste de la ciudad. Vístete sin ganas. Bebe un poco más. Habla un poco menos. Baja la mirada cuando veas las fotos de tu pared. Apriétate el pecho cuando escuches 'esa' canción y aguanta la respiración cuando veas volar las hojas del calendario. Echa de menos su voz. Y el olor de su colonia. Búscala entre la gente sabiendo que no está. Enfádate con ella. Y con el mundo. Culpa a la suerte. Al destino y al karma. Rómpete. Ahógate. Recuérdala con tu sudadera puesta. Y llora un poco más. Deshaz planes. Pide deseos absurdos. Y quiérela un poco más queriendo hacerlo un poco menos.
Pero eh, no te equivoques: enamórate. Enamórate mil veces. Enamórate todos los días.
Yo por mi parte pienso seguir haciéndolo.
Besos.
11 comentarios:
Y ahí estoy yo, en el "Y llora un poco más".
No te conozco de nada pero has retratado tan sumamente bien todo lo que he vivido y por desgracia estoy viviendo, que hoy que no había llorado aún, ya lo estoy haciendo.
Qué bonito es el amor, pero cómo duele cuando no lo tenemos...
Otra mas que esta llorando, pero con ganas de volverme a montar en la bici de nuevo!
Enamórate de mi.
No sabrías quién soy (y qué más da), FAV.
Joder qué bonito. Me ha impactado.
Muy cuqui pero enamorarse una única vez (para algunos) es suficiente :)
¡Y que nos quiten lo bailao!
Un ole por lo bien que has descrito la noria del amor-desamor.
Precioso, he dicho. ;)
Touché.
Me gusta mucho tu blog, me ha encantado esta entrada especialmente. Adoro vivir tan pasionalmente. Sentir la inmensidad y el vacío en sus grados más extremos. SENTIR, en definitiva. Un abrazo.
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