Con el paso de los años me he terminado dando cuenta de que soy como una navaja suiza. Tengo un montón de aplicaciones, pero en ninguna soy tan buena como el objeto original. Y eso me hace sentir realmente vacía.
Se que esto lo cuento y mucha gente me mandará a la mierda, literalmente. Pero bueno, no creo que haya muchas personas que entiendan realmente como me siento. Podría decir que no hay nadie, porque si algo se me da bien, es montarme los problemas de tal forma que luego no pueden desmontarse sin que no exista riesgo de derrumbe.
Llevo un par de semanas desaparecida, y eso, creedme es una señal más buena que mala. Eso quiere decir que he estado ocupada, entretenida, ilusionada. Muchos días llegaba y me sentaba delante del blog y me proponía escribir, pero realmente no sabía el qué. Y es que los seres humanos parece que conectamos más con la sensibilidad y la creatividad cuando estamos más propensos a la tristeza. Cosa que me parece fatal. Pero a ver cuántas canciones de amor hay que sean todo positivismo y alegría. Pocas.
Estas dos semanas han dado para mucho. He aprendido mucho más de lo que creía, en todas las facetas y aspectos de mi vida. Y me he encontrado un poco, a la vez que me he perdido otro poco. Difícil de entender, lo sé. Esa es otra de mis aplicaciones inútiles.
He sido consciente del valor de las cosas. De muchas cosas. Del valor de una carcajada y esa sensación de tranquilidad que se te queda en el cuerpo tras pasar mas de diez minutos riendote. Esos segundos que no piensas en nada, ni sientes nada, solo te ries y te ries y notas como tu torrente hormonal está disparado por todo tu cuerpo.
He aprendido el valor de las decisiones, tanto para bien, como para mal. Y cómo hay consecuencias, y cómo hay que lidiar con esas consecuencias lo mejor que se puede. He aprendido el valor de la amistad, que no entiende ni de kilómetros, ni de años. La bondad de las personas, la generosidad. Volver a creer en el ser humano cuando ya empezaba a perder la esperanza. He aprendido a apreciar los momentos irrepetibles, minutos, segundos que no volverán a ocurrir y que he podido disfrutar.
He aprendido muchas cosas y sin embargo sigo sin saber cómo ser yo.
Besos
3 comentarios:
Sé que te será difícil pensar que alguien pueda entender cómo te sientes, pero te entiendo, créeme. He pasado también un mes difícil, y ahora que he leído tu post he caído en la cuenta de que puede que yo también me haya perdido a mí misma, y me da miedo no reconocerme.
Espero que estés bien y que vuelva a verte pronto por aquí.
Muchos besos.
Creo que, a pesar de todo es más fácil entenderte de lo que crees. :)
Art never comes from happiness...
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