domingo, 10 de julio de 2011

Despedidas momentáneas

El viernes quedé a cenar con mis amigas, y sus novios – también amigos ya- Y durante unos segundos me quedé en silencio, mirándolos a todos hablar, comer y beber. Y mientras ellos se reían y se interrumpían mutuamente, yo estaba sentada en silencio, mirándolos, pensando en el camino que nos había llevado a ese momento. A quedar para despedirnos el cuarto año, a estar todos juntos como el final de un capítulo de una serie. Llegando poco a poco, cada uno de un camino, y estar sentados alrededor de la mesa del piso que tantas cosas nos ha visto hacer. El piso en el que hicimos nuestro primer botellón hace casi cinco años, que nos ha visto hacer fiestas del pijama, comer macarrones, miles de días de Mcdonals, películas, juegos de mesa y conversaciones hasta las tantas. Ese piso que tal vez no volvamos a pisar si al final A. lo deja y se va a otro.
A pesar de no terminar la carrera este año – aunque sean cuatro años a mi me queda uno de optativas y demás- tengo la sensación de que se ha terminado un ciclo. S. y C. se van, porque ellas sí han terminado, y eso ya es un cambio importante. Pero es algo más que las ausencias. Es la sensación de final.
Ningún año me ha dado especialmente pena despedirme de nadie para las vacaciones de verano. Y sin embargo el viernes, cuando abracé a mi amiga A. pensé que iba a romper a llorar de un momento a otro ante la perspectiva de no poder volver a hacer ese gesto que tan familiar me resulta en dos meses. No han pasado ni dos días y la echo tanto de menos que me parece insano.
Porque ha sido A. el gran pilar de mi año. Desde que la conocí he sentido por ella algo distinto que por el resto de mis amigas. Las quiero muchísimo a todas, pero A. tiene algo especial, algo que me conecta a ella por encima del resto de mis relaciones.
Yo no soy una persona especialmente cariñosa y sin embargo, vivo con la imperiosa necesidad de darle un abrazo cada vez que la veo. Ha sido mi consejera, mi apoyo. La única persona capaz de hacer que me quite el pijama cuando estoy totalmente convencida de quedarme hecha un cuatro en mi cama pensando lo desgraciada que soy, y conseguir vestirme y salir a la calle a tomarme unas cañas. Es de las pocas personas con las que nunca se me acaba la conversación, y que cuando no hay nada de que hablar el silencio se convierte en un amigo, no en una incomodidad.
Ella es una persona que me llena. Me hace sentir feliz, sin dobleces, ni medias tintas. Ella es una amiga, con mayúsculas. De esas que te hacen sonreír cuando tienes ganas de matar a alguien, de las que hacen que se te rompa el corazón al verla mal, de las que siempre están ahí dispuestas para todo, que no te juzgan sino que opinan con sinceridad y siempre intentando hacerte sentir mejor.
Ahora mismo soy incapaz de imaginar mi vida sin ella, tal vez hoy estoy demasiado sensible, tal vez no. Tal vez ella es mi alma gemela, mi media naranja. Tal vez no siempre deba tratase de amor romántico. Tal vez simplemente se trate de amor, más simple que todas las complicaciones que nos podemos crear nosotros mismos. Porque la quiero más de lo que ella se pueda imaginar y ya estoy deseando que sea Septiembre para volver a verla, que nos vayamos las dos de cañas y yo le cuente mis aventuras y desventuras,que el día menos pensado cojamos el coche y nos escapemos en busca de un Starbucks, y volver a encontrarme riéndome con ella cuando nos miremos y sepamos qué estamos pensado con exactitud.


Gracias por este año A.

8 comentarios:

A. dijo...

Lo que me has escrito es lo más, lo más bonito que nunca nadie me ha dicho.
Si tú me das las gracias por este año, ¿que te puedo dar yo?, si ya la palabra “gracias” se queda corta.
Todo, absolutamente todo lo que has escrito sobre mí, siento yo por ti, si es que eres mi debilidad.
Podría intentar escribirte algo igual de bonito, pero lo mío no es escribir, y sé que escriba lo que escriba no voy a ser capaz de expresarme bien.
Pero, sí puedo decir que te adoro, que te quiero, que si yo he sido tu pilar este año, no te puedes ni imaginar lo que has sido tu para mí, porque con un simple abrazo has conseguido reconfortarme sin ni siquiera saberlo, porque eres la única persona capaz de cambiarme el humor siempre que estoy triste, porque me encanta que confíes en mi, me gusta que me cuentes tus cosas y que me hagas reír, porque sé que contigo es imposible enfadarme… Y porque sí, tal vez seas mi alama gemela.
Ahora mismo te juro que cogía el coche y me iba a tu casa, no sólo a darte un abrazo también a secuestrarte todo el verano, pero como es imposible, te prometo que en septiembre te voy a dar un abrazo tan fuerte que te van a doler los huesos.
Sé que esto no es ni la mitad de bonito que lo que tú me has escrito, ni tampoco dice todo lo que te diría, y por eso pensaba dejártelo sólo en un privado, pero creo que las personas que lean esta entrada y crean que soy esa amiga con mayúsculas, se merecen saber que tú eres igual… no, igual no, mucho mejor.
Esta etapa tiene que terminar, pero estoy segura que vas a estar en todas las que vengan después.

GRACIAS

Ylenia dijo...

Cuando encuentras una amiga así, es increíble. No os dejéis escapar :)

Lu dijo...

Por esas cosas de la web llegué a tu blog, y simplemente... me encantó. Primera cosa, estudias psicología igual que yo :) Retratas muy bien todo lo que te pasa, me he reído mucho. Con esta entrada, se me cayó una lágrima. No sabes lo profundo que me llegó todo lo que escribiste... yo también tuve una amiga así, y pasé por lo mismo que tú. Bueno luego ella fue mi novia por dos años (cometí el error de mi vida al dejarla) y hoy es un vaivén de cosas que pasan entre nosotras.
Leer lo que pusiste me recordó muchas cosas que tenía olvidadas, me emocionaste, tu sinceridad es tremenda y eso lo alabo.

Pensé que era la única persona en el mundo que había tenido una amistad así, pero las historias son más comunes de lo que uno se imagina.

Un abrazo fuerte desde Chile, te seguiré leyendo sagradamente porque me encantó el blog,

Lu

Santana dijo...

Porque pasan este tipo de cosas?
Ahah, sabes yo creo que cuando una persona la vez y te dan ganas de abraazarlas es por algo, en m caaso al menos que no encuentro a todas las personas muy abrazables.\
creo que es algo muy bonito lo que estas sintiendo( y escribiendo), no lo veas como el fin del libro, si no como un nuevo capitulo. Besos
PD: aun no recuerdo como llegue a tu blog, pero me encanto.

candela dijo...

A las amigas así hay que cuidarlas mucho!

Besos

Estela Rengel dijo...

Qué entrada tan preciosa. Suerte tenéis ambas de teneros la una a la otra, hay pocas personas que tengan la satisfacción de poder decir a boca llena que tienen una amiga tan genial. :)

Anónimo dijo...

Uf!! Me han caído las lágrimas, y también me ha hecho recordar a mi amiga. No quiero decir nada más, que estropea esa gran entrada y ese gran comentario.

Estoy segura que ahí no hay etapas, ahí hay toda una vida.

María. dijo...

ay virgen! yo el otro dia me despedi de mi mejor amiga universitaria y casi q me tiro por su balcón para acabar antes con el sufrimiento...en fin...