Hola,
Hace frío, ¿o es calor?, no lo sé. Hace un buen rato que dejé de percibir la temperatura con claridad. El ventilador está girando ajeno al viento infernal que mueve las ramas del árbol que no para de chocar con el cristal de mi ventana. Pero el ruido del traquetear de las ramas no es lo que me impide dormir. Más bien es el traquetear de mi cabeza, como el tic-tac de un reloj. Pulsiones rítmicas, tambores de guerra.
¿Qué hora es? Tampoco lo sé. Me dejé el reloj olvidado en el baño tras la segunda ducha del día propiciada por el insano calor de las noches de Agosto. Cogería el móvil, pero me sentiría tentada de hablarle y de leer mensajes y esa es una opción que no voy a contemplar.
Y aquí estoy, tumabada con los brazos extendidos, las piernas enredadas en las sábanas y los ojos luchando en la oscuridad mirando fijamente las aspas del ventilador del techo. Es el momento para reflexionar, para hacerse preguntas importantes y meditar sobre las decisiones que he tomado, que no he tomado y que tengo previsto tomar, para pensar en todo y nada y encontrarme obligandome a pensar en algo concreto mientras mi mente trata de zafarse del esfuerzo como si fuera agua escurriendose entre los dedos.
Una, dos, tres, cuatro...Pierdo la cuenta de las vueltas del ventilador ¿Estoy loca? Es imposible contarlas y aún así lo intento, una vez tras otra, poniendo a prueba mi concentración, mi atención y mi miopía. Pero no me importa. Tampoco tengo nada mejor que hacer en este momento. Y sí, hace calor. Puedo notar como mis poros se funden literalmente con las sábanas arrugadas bajo mi espalda, guardando el calor que desprende mi propio cuerpo como si toda mi persona fuera un asteriode incandescente y luminoso y sin embargo no iluminara absolutamente nada. Lo que convierte mi cama en un agujero negro, metáfora que no me resulta nada alentadora. ¿Veis? Estoy reflexionando sobre asteriodes y agujeros negros. Tal vez esta postura no sea del todo inútil.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco....Pero, ¿En qué estaba pensando yo?
Besos
4 comentarios:
El calor derrite los pensamientos y ablanda el pecho, y luego en invierno te derrites con las nubes, la lluvia y los recuerdos. Conclusión: mejor pensar en asteroides y agujeros negros, las metáforas duelen menos e ilustran igual :)
El calor hace imposible cualquier acto o pensamiento.
Besos
Me gusta tu forma de expresarte. La verdad es que me he sentido identificada con alguna de tus palabras. Quizás porque yo también soy una "mentalista" (como tu lo llamas) o porque estoy completamente viciada a Anatomía de grey. Me pasaré por aquí. Un besito
Sigue a cuenta
-S-
Publicar un comentario