Hola,
Por raro que parezca, sé que naciste de parto natural y lloraste la primera, la segunda y la tercera noche de tu vida. Creciste feliz, y tu primera palabra fue "patata" porque quisiste decir "Papá" y te hiciste un lío. También sé que fuiste una niña inquieta, o puede que el término exacto fuera inventora. Inventora de nada bueno, he de añadir. Tuviste una infancia divertida, como la gran mayoría de los niños. Los Reyes no siempre te traían lo que pedías pero no podías quejarte. Te hiciste mayor y lo más probable es que te metieras en algún lío, como fumar demasiado pronto. Mal hecho. Y tuviste una extensa lista de novios de esos con los que no hablabas por vergüenza.
Pasaron unos pocos años más y empezaste a notar que eras distinta ¿verdad?. Que había algo que no encajaba del todo a tu alrededor y no sabías qué era. No te gustaban las mismas cosas que a tus amigas y eso te hacía sentir un poco bicho raro. Mientras ellas estaban deseando ponerse tacones, maquillarse, y estar con algún chico, tú no tenías ningún tipo de interés en esos temas. Seguro que preferías quedarte en casa de una de tus amigas, ver una película y comer unas pizzas. Probablemente te llamaron sosa, y abuela. Pero yo sé que eso a ti no te importaba demasiado, porque siempre supiste que eras más feliz actuando coherentemente con lo que pensabas. Y entonces algo pasó, ¿cierto? conociste a alguien que de pronto resolvió tus dudas. Era una amiga tuya, es un clásico. Una amiga por la que sentías más que amistad. Eso explicaba muchas cosas, pero complicaba otras tantas.
Y así fue pasando el tiempo, poco a poco. Sin prisa. Y te fuiste haciendo mayor. Y si piensas como yo, de lo que estoy seguro, hoy ya poco queda de esa niña, de sus amigas y de su coherencia. Sé que cambiaste, que hiciste nuevas amigas y que te enamoraste. Que la cagaste, y que has hecho un camino muy largo hasta el día de hoy. Sé que estás enamorada, sí, de esa misma chica, y con ese amor incondicional que poca gente entiende. Lo sé porque nosotros somos iguales. Lo sé porque me paso las horas contigo mientras tú lloras sin mirar a ninguna parte. Lo sé porque ahora lato más despacio, más pesadamente y siento como me estuvieras dejando marchar. Por eso te escribo esto desde ninguna parte, porque tengo miedo de perderte y que me pierdas. Tengo miedo de romperme en pedazos tan pequeños que sea imposible arreglarme. Tengo miedo de tantas cosas...Pero sinceramente, nada temo más que el seguir viéndote llorar la primera, la segunda y la tercera noche del resto de tu vida.
Atentamente, tu Corazón.
Besos
2 comentarios:
Esto...guau
Simplemente precioso.
Publicar un comentario