domingo, 22 de diciembre de 2013

Insuficiencias

Hola,

¿Sabéis qué? que en estas últimas semanas me han dicho las cosas más bonitas que se le pueden decir a alguien. Y hay una que parece que retumba en mi cabeza como si estuviera de resaca.

'Es que eres demasiado buena, Ro. 
Es imposible conocerte y no quererte. 
Y estoy segura de que quien haya estado contigo 
no podrá olvidarse nunca de ti. 
Porque no sé, tienes algo que, 
engancha'




Aunque bueno,
supongo que no lo suficiente.





Besos

miércoles, 11 de diciembre de 2013

martes, 10 de diciembre de 2013

E n a m ó r a t e

Hola,


Enamórate. Aunque sea para dos días. Pero hazlo. Sonríele a la pantalla del móvil, al conductor del autobús, a tu vecina la antipática. Pásate horas hablando de ella con tus amigas hasta que no te escuchen. Apréndete poemas, dedícale canciones y hazle regalos absurdos. Invéntate excusas idiotas para verla. Miente. Miente todo lo que haga falta. Y llora. Llora todo lo que haga falta.

Róbale un beso mientras te habla. Consigue hacerla reír mientras bebe y haz apuestas absurdas sobre canciones que suenan en ese momento. Lánzale bolitas de papel para hacerla rabiar. Háblale susurrando. Cuéntale las cosas que te dan miedo y deja que ella te obligue a hacerlas. Abrázala si hace frío. Y si no, también. Despídete como si no fueras a verla más. Salúdala como si no fueras a volver a hacerlo. Haz que cada vez sea como la primera y aprovéchala como si estuvieras segura de que será la última.

Escríbele mensajes en las puertas de los bares. En las paredes de las calles, en las persianas metálicas y en la arena de la playa. Escríbele en tu piel. Compónle canciones. Dedícale textos. Haz del caos un arte. Cuelga fotos suyas en tu habitación y dale los buenos días y las buenas noches. Túmbate de lado y escucha tu corazón en la almohada imaginándote que es su pecho. Tócala. Muérdela. Haz que le tiemblen las piernas. Consigue que te pida más. Gánale la partida. Déjate ganar una vez. Y otra. Y pierde la cuenta. Quémate los labios de tanto besarla. Háblale al oído. Dile cosas obscenas. Dile que la quieres. Estremécete cuando diga tu nombre. Bébete una cerveza en la cama mientras la miras. Deja que te coja la mano al conducir. Bésala en los semáforos en rojo. Ponte nerviosa cuando notes que te mira mientras tú miras a la carretera. No le digas adiós. Échala de menos. Aguanta despierta de madrugada colgada del teléfono. Haz planes. Arranca hojas del calendario. Quiérela. Quiérela tanto que hasta te duela. Emociónate al escuchar 'esa' canción. Deja que tu estómago salte recordándola. Y repito, bajo ningún concepto le digas adiós.

Y llora. Llora cuando todo eso pare. Llora cuando no sepas si se repetirá alguna vez. Pásalo mal. Sufre. Hazte un cuatro en la cama. Pierde el apetito, las ganas de arreglarte y las ganas de dormir. Sé la chica más triste de la ciudad. Vístete sin ganas. Bebe un poco más. Habla un poco menos. Baja la mirada cuando veas las fotos de tu pared. Apriétate el pecho cuando escuches 'esa' canción y aguanta la respiración cuando veas volar las hojas del calendario. Echa de menos su voz. Y el olor de su colonia. Búscala entre la gente sabiendo que no está. Enfádate con ella. Y con el mundo. Culpa a la suerte. Al destino y al karma. Rómpete. Ahógate. Recuérdala con tu sudadera puesta. Y llora un poco más. Deshaz planes. Pide deseos absurdos. Y quiérela un poco más queriendo hacerlo un poco menos.

Pero eh, no te equivoques: enamórate. Enamórate mil veces. Enamórate todos los días.
Yo por mi parte pienso seguir haciéndolo.



Besos.




martes, 3 de diciembre de 2013

3

Hola,

Me está pasando algo curioso. Estoy escuchando canciones y leyendo cosas, y ya no tengo claro si hablan de ti o de mí. Podríamos ser cualquiera de las dos, ya sabes, cada una a un lado de la puerta que separa nuestros universos. Puede que seamos tú allí y yo aquí, y viceversa. Puede que nuestras vidas no sean paralelas, si no la misma vida separada en dos.

No lo sé.

Ya no lo sé.

Lo que sé es que te echo de menos. Llevo demasiados días demasiado callada, demasiados días sin reírme tanto, demasiados días llorando de más; echo de menos cerrar los ojos y alargar mi brazo para tocarte mientras respiras en mi oído, la forma tonta que teníamos de rellenar los silencios, el dolor en las mejillas de tanto sonreír. Echo de menos sorprendernos mil veces por decir lo mismo a la vez, pensar lo mismo a la vez y sentir lo mismo a la vez; tus buenos días y tus buenas noches, la forma que tenías de meterte conmigo y de dejarme claro que solo podías hacerlo tú. Tus pseudo-celos inocentes, hacerte reír después de haberme comido un plátano y haber ido a entrenar, y contarte historias sobre mí vida escondida bajo el nórdico. Echo de menos que me preguntes qué tal me ha ido el día, desearte suerte en tus exámenes, y poner el despertador dos horas antes para decirte que te quiero antes de que abras los ojos.

No sé.

Echo de menos esa química inexplicable que tenemos - me niego a usar el pasado -. Esos saltos en el estómago, esos nervios al hacer planes. Echo de menos mirar el calendario deseando que vuelen los días, las ganas de coger un avión todas las noches, y echo de menos tu voz cuando por cualquier idiotez decías mi nombre.

Te echo de menos a ti. A todo lo que eres. A todo lo que implicas.
Me echo de menos a mí. A todo lo que soy contigo. A todo lo que me empujas.
Nos echo de menos a nosotras. A todo lo que somos. A todo lo que nos hemos quedado por ser.



No echo de menos quererte, porque no he dejado de hacerlo ni un segundo.

Echo de menos quererte y que no me duela.






Besos

domingo, 1 de diciembre de 2013

Los domingos están hechos para encontrar algún motivo para quedarse en la cama.

Hola,

No sé.
Creo que soy una buena chica.
No sé qué está mal.

No lo sé.






Besos.