sábado, 22 de febrero de 2014

Sin sutilezas

Hola,

Hoy no es domingo. No. Hoy no vengo a llorar, ni a hablar de lo triste que es el desamor, ni a ahogarme en un mar de lágrimas. No. Hoy no. Hoy vengo a decir que estoy muy cabreada y por muchos motivos. Estoy cabreada porque de buena soy gilipollas. Estoy cabreada porque me siento mal por cosas de las que no soy culpable. Estoy cabreada porque hay pequeños detalles fruto de la casualidad que no me merezco. Estoy cabreada porque siempre tengo que ir con una sonrisa a todas partes y si no es que la mala soy yo. Estoy cabreada porque estoy dominada por las hormonas. Estoy cabreada porque no paro de comer chocolate y mierdas variadas y así no hay manera de perder kilos por mucho gimnasio al que vayas. Pero lo más importante y a tener en cuenta es que estoy cabreada porque necesito que alguien me eche un polvo. 


Y ya está. No hay más. 



Mordiscos. 

domingo, 16 de febrero de 2014

El día que me encuentres

Hola,


El día que me encuentres sonríeme; no digas nada. No necesito un 'hola, qué tal estás'. No quiero formalidades ni frases prefabricadas. El día que me encuentres solo sonríe. Acércate sin apresurar tus pasos. Tampoco hace falta que saques las manos de los bolsillos ni que me sostengas la mirada. Puedes alternarla entre mis ojos y el suelo porque te de vergüenza quedarte clavada en los míos. El día que me encuentres no te gires. No dudes. No vaciles. Encuéntrate conmigo en mitad de una calle y no midas la distancia. Pero no digas nada. No muevas los labios si no es para besarme. O morderme. El día que me encuentres ojalá que llueva. Que diluvie. Que se acabe el mundo y seas tú quien llegue para salvarme. Encuéntrame en mitad de la nada. Mojada. Sin intención de despegar mis pies del suelo si no es porque tus manos se cuelen por mi espalda. El día que me encuentres no lleves abrigo. No quiero perder tiempo quitándote ropa de más. Encuéntrame desabrochándome el pantalón al verte venir. Sin hablar. Sin decir tan si quiera 'hola, qué tal estás'. No quiero formalidades ni frases prefabricadas. El día que me encuentres sólo sonríe. Que yo estaré sonriendo al final de la calle.

Esperándote.





Besos.

sábado, 15 de febrero de 2014

De cómo uno de los amores de vida salió del armario.

Hola,

Hoy no vengo a hablar de mí. Ni vengo a contar dramas, ni vengo a llorar, ni vengo a hablar de amor. Bueno, tal vez de amor sí que hable. Pero no del mío, eso por seguro. Hoy vengo a hablar de la noticia que ha revolucionado el mundo LGTB. Un secreto a voces, pero un secreto al fin y al cabo: Ellen Page es lesbiana.

A ver, seamos sinceros. Lo de Ellen estaba claro para muchas de las entendidas desde hace muchos años. Me preguntan por ahí ¿era por la ropa? ¿por la forma de andar? pues a ver señoras no sé. Yo sólo sé que nunca hubo una sombra de duda en mi pensamiento sobre la orientación sexual de Ellen. Sin dármelas yo de radar infalible ni nada de eso - que mi radar también falla -

Yo personalmente me he alegrado muchísimo por la noticia. Y no porque me haya sorprendido, ni porque ahora me guste más, ni porque ahora piense que tengo posibilidades de conquistarla, casarme con ella y tener una casa en LA con un labrador, no. Me he alegrado porque lo ha hecho por los motivos exactos por los que yo creo que una figura pública como ella 'debe' salir del armario.

No es un tema que no haya tocado nunca en el blog. De hecho, lo he comentado varias veces, y siempre he obtenido respuestas de diversa índole. Así como cuando he tratado este tema en persona con mis amigos.

Yo creo firmemente en la importancia de que personajes públicos tan influyentes en la vida de tanta gente, y que son capaces de llegar a tantos en tan poco, normalicen su situación y sirvan de modelo para todos esos adolescentes - como bien dice Ellen - que cada día tienen que ir al instituto y enfrentarse a toda la mierda jamás conocida, y que cuando piensan en su futuro sólo pueden imaginar que van a pasarlo mal en la universidad, en el trabajo, y en todo lo que venga después. Esos niños, y esos adolescentes que no tienen esperanza, ni nada a lo que agarrarse, y luego no pueden llegar a casa y contárselo a sus padres.

Realmente me ha emocionado su discurso, porque ha expresado exactamente lo que yo he tratado de explicarle un millón de veces a esas personas que siempre me han contestado que la vida privada de las personas es la vida privada de las personas, y que por ser famosas no están en una obligación moral y social de salir del armario. Y eso es lo contrario a lo que dice Ellen, y no puedo estar más de acuerdo.

En una ocasión me dijeron que no era responsabilidad de los 'famosos' el normalizar la situación de la comunidad LGTB, que era responsabilidad de la gente de la calle que sigue escondiéndose. Y no sé, tal vez la comparación sea absurda, pero, ¿cuántos niños querrían ser futbolistas profesionales si no existiera la televisión? ¿o si no pudiera entrarse a los estadios? ¿cuántos niños querrían ser cantantes si no existieran medios audiviosuales para compartir la música? Es así. Aceptamos e integramos lo que podemos ver, lo que podemos tocar, lo que podemos sentir. No podemos pretender que la sociedad asuma algo que 'no existe'. Y sí, esto no es total responsabilidad de los famosos, lo sé. Pero a mi parecer es necesario que existan esos modelos. Y para mí Ellen Page hoy ha dado un paso de gigante, para la sociedad y para ella misma. Me ha hecho llorar, y me han dado ganas de levantarme, aplaudirle, y subir al escenario a darle un abrazo. Por ser más valiente que muchas que siguen calladas, por asumir su responsabilidad sobre su vida y sobre el efecto positivo que puede causar en la sociedad, y por admitir que se ha visto superada por la presión.

Porque una vez más repito que no es malo tener miedo. Que lo malo es no hace nada al respecto. Y hoy Ellen nos ha dado a todos una lección de valor, de entereza y de calidad moral que ya me gustaría ver en muchos políticos que creen que van a salvar el mundo. Porque hoy ella lo ha salvado un poco para mucha gente. Así que, aunque no vayas a leerlo nunca, gracias Ellen. Te deseo lo mejor de lo mejor en la vida, porque te lo mereces.



Un beso.