domingo, 16 de febrero de 2014

El día que me encuentres

Hola,


El día que me encuentres sonríeme; no digas nada. No necesito un 'hola, qué tal estás'. No quiero formalidades ni frases prefabricadas. El día que me encuentres solo sonríe. Acércate sin apresurar tus pasos. Tampoco hace falta que saques las manos de los bolsillos ni que me sostengas la mirada. Puedes alternarla entre mis ojos y el suelo porque te de vergüenza quedarte clavada en los míos. El día que me encuentres no te gires. No dudes. No vaciles. Encuéntrate conmigo en mitad de una calle y no midas la distancia. Pero no digas nada. No muevas los labios si no es para besarme. O morderme. El día que me encuentres ojalá que llueva. Que diluvie. Que se acabe el mundo y seas tú quien llegue para salvarme. Encuéntrame en mitad de la nada. Mojada. Sin intención de despegar mis pies del suelo si no es porque tus manos se cuelen por mi espalda. El día que me encuentres no lleves abrigo. No quiero perder tiempo quitándote ropa de más. Encuéntrame desabrochándome el pantalón al verte venir. Sin hablar. Sin decir tan si quiera 'hola, qué tal estás'. No quiero formalidades ni frases prefabricadas. El día que me encuentres sólo sonríe. Que yo estaré sonriendo al final de la calle.

Esperándote.





Besos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá un encuentro como este.
11.

Movimiento Invertido dijo...

Con esta entrada cualquiera se enamoraría de tu forma de amar.
Sólo las personas que sienten así, vive escenas como las que has escrito.
Llegará!

www.movimientoinvertido.com

Caminos del Espejo dijo...

Qué bonito lo que dices. Me encantan tus palabras. Un abrazo