Hola,
¿Sabéis? no soy tan buena como parezco. Pero os juro que lo intento. Prometo que me esfuerzo por creerme alguien íntegro, honesto y coherente. Pero he cometido tantos errores que no me caben en las manos, y la verdad, a día de hoy no me arrepiento de ninguno de ellos.
Se me podrá tachar de hipócrita. De oportunista. De manipuladora. Y tal vez todos esos calificativos oculten algo de verdad. Podrán contar de mí que siempre sonrío mientras destrozo vajillas enteras, o que no digo lo que realmente pienso mientras comparto unas cañas. Dirán que mis intenciones nunca fueron buenas, que no doy puntadas sin hilo y que no dejo nada a la casualidad. Y todo eso sería cierto - en parte -.
Dirán que soy demasiado seria y que me preocupo demasiado. Que no tomo decisiones precipitadas; que no me dejo llevar. Puede que cuenten que voy por ahí rompiendo corazones a diestro y siniestro, y que cambio de amor como quien se cambia de vaqueros. Y puede que lleven razón. O no.
Estos días tengo una mezcla importante de sentimientos. Pero supongo que uno de los predominantes es la frustración.
¿Se puede ser una frustrada feliz?
Besos
No hay comentarios:
Publicar un comentario