Hola,
Los domingos no son bonitos. No os dejéis engañar. Los domingos son días tristes. Y melancólicos. Los domingos son el preludio del lunes, y el fin de final de la semana. Otra semana más que se acaba.
En condiciones normales sí, sería 'otra' semana más que se acaba. Pero en este caso no; para mí esta no es 'otra' semana. Este no es 'otro' domingo triste más. Para mí este es 'El' domingo triste.
Vamos a achacarlo a una conjunción de desafortunadas circunstancias. Vamos a decir que estoy premenstrual, que estoy de resaca y que mis reservas de serotonina aún están en números rojos. Vamos a decir este es mi último fin de semana en Irlanda y que cuando vuelva tampoco voy a tener vacaciones - aunque cualquiera se queja ahora por tener un trabajo -. Vamos a decir que hoy he empezado a hacer las maletas y que hacer maletas siempre tiene ese nosequé que me pone triste. Vamos a decir que anoche le dije adiós a mi mejor amiga en Kenmare y no sé cuándo volveré a verla. Por poder, podemos decir muchas cosas, la verdad.
Pero la cuestión es que estoy teniendo uno de los domingos más tristes que recuerdo. Que he perdido la cuenta de las veces que he llorado hoy y que sospecho que no va a mejorar durante el resto de la semana.
Ya sé lo que todo el mundo me dice, que vuelvo a casa, que es verano, que me lo voy a pasar genial. Que ha sido una gran experiencia y que me quede con las cosas buenas. Todo eso lo sé. Pero también sé que soy muy buena en lo que hago aquí. En todo lo que hago aquí. Y me da un miedo terrible volver y descubrir que no soy igual de buena en nada más - y esto se puede aplicar a tantos ámbitos de mi vida que da miedo -
Tal vez lo único que necesito es que me abracen fuerte y me digan que todo va a salir bien aunque no sea verdad. Sólo quiero dejar de estar tan triste cuando tengo tantos motivos para ser feliz. Pero bueno, supongo que mañana todo será un poco mejor y más fácil.
Aunque mañana sea lunes.
Besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario