martes, 7 de diciembre de 2010

Ella

Ella se queja de que soy poco expresiva. De que tengo palabras para todos y no para ella. Y la verdad es que en cierto modo lleva razón. Seguro que de la gente que lee este blog, si no han indagado un poco en el pasado, ni siquiera sabrá que ella existe. Y es porque hace mucho tiempo que no aparece entre mis líneas.

Ella es mi otra mitad. Está lo que soy yo, y luego lo que soy a través de ella. Puedes tener un mejor amigo o amiga, pero nunca llegará a ese grado de unión y complicidad como el que llegas a tener con tu pareja, sobre todo si lleváis ya un tiempo, como es nuestro caso.

Tal vez el problema es que dada nuestra situación, que somos compañeras de clase, del mismo grupo de amigas, y que por mucho que nos pese, en nuestras casas no estamos fuera del armario, nos pasamos el 90% del tiempo actuando como si solamente fuesemos amigas. Creo que eso al final acaba pasando factura, al final nos acabamos acostumbrado a actuar así, y acabamos siendo eso, amigas. Pero ella no es solo mi amiga. Y no es solo mi amiga porque yo me muero solo de pensar que pueda irse con otra, y eso, sinceramente, no lo pensamos de nuestras amigas - Y si lo pensáis, convendría que os lo hicieseis mirar-


Llevo tanto tiempo sin hablar de ella tal vez porque últimamente mi forma de sentir, y mi forma de pensar no han sido sanas, o porque yo en todo mi ser no he estado sana. Y ella, al ser la persona que más cerca está de mí, ha sido la persona que más afectada se ha podido ver.

Ella me dice que no le digo que la quiero. Tal vez. Pero la quiero. La quiero por muchas cosas, tantas cosas como pájaros tengo en mi cabeza y que hacen que acabe fatal. La quiero porque siempre está ahí, porque nunca me deja de lado - bueno, obviemos el último encontronazo con sus hormonas, una dura batalla- y porque por muy mal que me porte, y por muy tonta que me ponga, ella siempre termina por perdonarme y consolarme cuando todo se derrumba a mi alrededor.

Hemos pasado por muchas cosas desde que nos conocimos. Buenas, malas, surrealistas y algunas rozando lo catastrófico. Incluso ha habido momentos en los que hemos dejado caer un poco la toalla. Hemos pasado por tanto que me cuesta trabajo recordar cómo era mi vida antes de que ella apareciera. Pero lo que sé es que cada vez que parece que la voy a perder, es como si todo dentro de mi empezara a romperse. Cuando siento que se cansa de mi, que se harta de mis tonterias, noto como si un agujero negro se abriera camino desde mi estómago a mis extremidades destruyendo todo a su paso. Y se que es por mi culpa, que la mayoría de las veces, por no decir todas, es culpa mía que estemos mal. Pero ella se mantiene ahí, sin moverse, sin dudar de lo que siente por mí cuando perfectamente podría coger y mandarme a paseo, y no tener que soportar mis tonterias.

Sé que la quiero porque cuando llega la calma, y no estoy enfadada, ni con ninguno de mis ataques extraños, lo único que me apetece es meterme en una cama con ella y acurrucarme con la nariz en su cuello, y sentir su calor, y su olor. Sé que la quiero porque no me imagino levantandome cada día sabiendo que cuando la vea no va a ser lo que es hoy para mí, sino una amiga más, una compañera más. Sé que la quiero cuando me pongo tan malísima al ver cualquier cosa que no me gusta, y que ella sabe qué es. Y sé que la quiero porque no me imagino queriendo a otra persona que no sea ella, ni puedo imaginarme que ella quiera a otra persona sin que me duelan hasta los huesos.



Ella se queja de que soy poco expresiva. Tal vez sea verdad.

3 comentarios:

Veo Visiones dijo...

Las personas que somos poco esxpresivas tenemos ese tipo de problemas...a mi me pasa lo mismo con mi chica y eso que llevamos saliendo ya casi 8 años...pero para mi ella es lo más importante,como bien dices la otra mitad y por ello,cuando encontramos a alguien que nos complemente y sin la que nos vendriamos abajo, debemos hacer un esfuerzo por expresar más nuestros sentimientos, aunque sea en pequeñisimas dosis...


Besos!

Trece dijo...

me encanta. :)

(por cierto enhorabuena a las dos, por teneros mutuamente!)

María dijo...

Díle "Te quiero" mientras metes tu nariz en su cuello. Será una sorpresa encantadora.