¡No tengo perdón de Dióh!

Lo admito. He desaparecido como suelen desaparecer las galletas napolitanas de mi despensa. ¿Y mira que yo tenía como propósito actualizar cada día eh?¡Y lo llevaba bien!¡Arhg!. Lo que ha pasado ha sido: el twitter y la blackberry como ya he visto que habéis comentado, y los exámenes. Es decir, jueves, viernes, sábado y domingo de la semana pasada no actualicé porque no hice otra cosa que estudiar. El lunes estuve prácticamente todo el día fuera, el martes me subí a la parra y aquí estoy hoy, actualizando con carita de persona perseguida por la culpabilidad.
Es que eso es lo malo del twitter, que como son 140 míseros caractéres siempre tienes un momento para poner alguna chorrada. Pero yo soy fiel a mi blog y no lo pienso abandonar. Así que pido perdón a mis seguidoras/es -en realidad no se si me sigue alguien del género masculino- Por esta ausencia tan prolongada.
Hoy es miércoles, y según el calendario mental que me hice, los miercoles los iba a dedicar a hablar sobre el pseudobollerismo, pero ya que mi última entrada trató sobre el tema, y que llevo tanto tiempo sin aparecer, pues voy a hablar un poco de otras cosas.

¡Ya tengo la blackberry! -aunque esto creo que ya lo sabíais- Me he propuesto no convertirme en ese tipo de gente obsesionada que vive por y para la BB - Ya sabéis, si queréis comunicación directa con mi persona siempre podéis enviarme vuestro PIN a la dirección de correo del blog XDXDXD.- Así que intento controlarme y no tenerla en las manos a todas horas. Aunque me resulta bastante difícil cuando estoy fuera de casa. ¡Jolín!¡Que en la biblioteca me aburro! Porque esa es otra. En serio ¿Soy la única persona que se distrae de una forma descomunal en la biblioteca? Porque de verdad que es muy grave. Soy incapaz de leer dos frases seguidas, prometido -Por eso siempre estudio en casa,lo de hoy ha sido circunstancial (como el complemento)-. Y claro, ¿Qué hago? Ponerme a twittear con la BB. - Ya sabéis, si queréis seguirme en twitter AQUÍ , quéééé pesada soy señoras, ¡que pesada!- y así me meto en un bucle de distracción del que ya me es imposible salir.

Y hablando de la BB - en serio ¿No tengo vida o qué?- Comenté que para que me la dieran me iba a ir a movistar. Efectivamente, soy movistar. Pero como mis amigos más directos son vodafone y aún no tienen BB - No son unos locos obsesivos como yo- pues fui el Lunes por la tarde a comprarme una tarjetilla prepago de vodafone - sí, ahora voy por la vida con la BB en una mano y mensamania en otra, mis pulgares van a mutar y me voy a convertir en Pulgarwoman - decidí pasarme por la tienda y comprarmela.

Siempre iba a una que hay cerca de mi casa, hará unos...5 años o así. Pero las tías eran soberanamente gilipollas. Así, como os lo digo. Tontas del culo. Así que tras disfrutar de su tibio carácter decidi que aunque me pillara algo más lejos, a partir de entonces iría a otro vodafone. Y así he venido haciendo desde entonces.
La cosa es que el Lunes fui a la tienda vodafone y no había tarjetas de las que yo quería, así que muy a mi pesar, volviendo para casa, tuve que pararme en la tienda de las mujeres simpáticas. Seguían las mismas dos allí -eso sí que es un puesto fijo de trabajo oye- Y cual fue mi sorpresa al descubrir que una de ellas estaba tremendamente buena -aunque suene brusco-. En serio. Espectacular. Eva, que se llama la mujer. Porque de muchacha nada ¿eh?, debe andar cerca de los 40, pero de verdad os juro que fue de esas veces que ves a una tía y te quedas como petrificada. Guapísima. Vamos, no me imaginaba yo que una camiseta blanca tan simple como la de vodafone y unos vaqueros, podrían sentarle tan bien a alguien. Y es que además es super borde, y yo no se qué me pasa con las bordes que me encantan ¿eh? y la tal Eva tiene una mala leche digna. Físicamente se da un aire a Jordana Brewster, pero todavía más guapa que ella -si eso era posible-.
La cosa es que cuando se le quedó el ordenador pillado y me dijo: Tia, se ha quedado esto pillado joder. Tan borde, pero tan en plan Maca, yo pensé: ¿Hola? ¿Fall in love?

La conclusión que saqué mientras la veía meter mis datos en el ordenador y apartarse el flequillo de la frente con un soplido era que hace cinco años no era, ni mucho menos tan bollo como ahora. Y que por tanto mis ojos no la veían de la misma manera. Hay que ver lo que hace el tiempo con las personas oye. Qué cosas.

Un beso