viernes, 5 de agosto de 2011

Viajeros de paso

Hola,

¿Sabes qué?: Te conozco, o al menos te conocía. Te recuerdo como una niña despierta e inteligente que se interesaba por los libros. Como una niña que le gustaban todos los deportes y que de pequeña incluso pudo haber pasado por una època de "niño".
¿No sabes quién soy? Estuve contigo cuando naciste, cuando te caíste por primera vez, cuando hiciste tu primera comunión, cuando te dieron tu primer beso... Estuve siempre contigo. Tal vez no me reconozcas porque he cambiado. Me he hecho mayor a pesar de que tú siempre creíste que eso no pasaría.
Creías que siempre seríamos niñas. Que siempre viviríamos sin conocer la tristeza, la soledad, el desamor o la pérdida. Creías que nunca se morirían tus abuelos, o alguno de tus amigos, o incluso gente mucho más jóven que tú. La gente no se podía morir porque eramos eternas, invencibles como los superheroes.
Recuerdo verte correr en verano, montar en bici sin sentarte en el sillín dejando que el pelo que se te escapaba de la coleta volara en todas las direcciones posibles. ¿Te acueradas tú? los veranos eran la mejor parte de todo el año. Tu piel se tostaba y tu pelo empezaba a desprender reflejos dorados, porque absorbías todo el sol del mes de Julio estando en la piscina hasta que anochecía. Y entre esos mechones de pelo dorado y la tez morena, tus ojos marrones, grandes y brillantes como los ojos de cualquier niño feliz, se asomaban decididos y traviesos.

Y sí, recuerdo que eras feliz. Incluso cuando pasaste por todas esas cosas, esas dudas sobre de quién debías o no enamorarte.

Ahora te miro y tu piel también está tostada por el sol, como cuando eras niña. Tu pelo ya no tiene reflejos dorados, está demasiado oscuro, ni está tan largo como para que los mechones vuelen al montar en bicicleta. Aunque se que tampoco montas ya. También se que los veranos no son como solían ser y que ya no estás en la piscina hasta que se esconde el sol.
Se que las cosas han cambiado, que ya sabes que no somos superhéroes, que la vida viene y va como vienen y van las estaciones. Que llega gente nueva, y otra gente se va y no está en nuestra mano si no ser capaces de seguir subiendo escalones con la esperanza de llegar algún día a lo más alto.
Tu ojos marrones no resplandecen de la misma manera ¿estás triste? No deberías estarlo. Cada segundo es un segundo irrepetible y único, y no podemos desperdiciar ni tan siquiera uno. Porque somos efímeros, viajeros de paso, estrellas fugaces. Y mírate, te has hecho mayor tan rápido...

¿Aún no sabes quién soy? Mírate, mírame. No soy más que tu reflejo, y ¿sabes una cosa? te he echado de menos.



Besos

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que grande es esta entrada. Preciosa.

Utopia dijo...

Bonita entrada :) Incita a la (auto)reflexión.

Anónimo dijo...

" jo, seguro que escribes algo bonito (carita de pena)"

TE voy a contar un secreto:
Aunque pensemos que hemos perdido a la niña que hemos sido,es mentira siempre aparece,si has leído el principito,sabrás que siempre somos un poco principitos todos,solo que a veces lo escondemos demasiado.Simplemente con dejar de jugar a ser mayores un ratito es suficiente ;)
un muxu
S.A

candela dijo...

Grande y bonita entrada. Me ha encantado.

Besos

DarkFashionPrincess dijo...

Que bonito, me encanto!! <3

rosmileys dijo...

Es lo primero que leo de este blog..... estoy en un momento delicado y ha sido imposible que no se me erice la piel, increíble reflexión. A Favoritos y sigo leyendo.

Estela Rengel dijo...

Preciosa entrada, nena. Es muy importante no perder el contacto con las niñas que hemos sido, no dejar nunca que mueran. :)