jueves, 28 de noviembre de 2013

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Hola,

A veces no sé, no entiendo a algunas personas. Es normal. No podemos entendernos todos ¿no? Qué aburrimiento sería si no hubiera distintos puntos de vista. Pero no sé. Hay cosas que no entiendo. No entiendo esa manía de aleccionarme moralmente como si no supiera qué está mal y qué está bien. Como si no fuera consciente de mis errores ni de mis riesgos. Como si necesitara ser salvada a todas horas.

¿Y sabéis qué pasa? que me da exactamente igual. Porque yo era así, yo era una cuadriculada. Era de ese tipo de personas que se creían con unos valores férreos y arraigados conocedora y poseedora de la verdad suprema. ¿y para qué me sirvió? para nada. Hice todo el daño del mundo y me destrocé igual. Eso sí, actué dentro de los 'patrones socialmente aceptados de comportamiento'.

Estoy harta de justificarme. Ante todo el mundo. Ante el espejo.
Estoy harta de decirme a mí misma que todo está bien así.
Estoy harta de creer merecer algo más para no admitir que duele.
Estoy harta.


Harta de no poder gritar que te quiero.


Y si lo hago vendrá alguien a tirarme el jarro de agua fría.


O tal vez lo hagas tú.

O tal vez lo haga yo.





Mientras yo seguiré susurrándole 'buenas noches' a una pantalla.







Besos

1 comentario:

Ester L. dijo...

Para momentos así sólo queda la escritura.
No es lo mismo, pero es una manera de engañarse.
Es eso o gritarle al espejo.
O a quien sea.
Y recibir el jarro de agua fría.