viernes, 30 de mayo de 2014

Día cualquiera, d. E.

Hola,


¿Alguna vez habéis mirado a alguien y habéis sentido que estabais en el lugar correcto y en el momento adecuado? ¿Ese instante en el que simplemente sabes que ya nunca más vas a ser la misma, que nunca más vas a volver a sentirte como hasta ese momento? ¿Cuando sabes que ahora, los días los vas a contar desde el día que te sonrió en adelante como se cuentan los siglos antes y después de Cristo?

¿Os ha pasado alguna vez?



Besos.

lunes, 19 de mayo de 2014

Cómo ser yo

Hola,

Llevo una temporada algo trascendental. Planteándome cosas respecto a mi vida, y a la vida que os enseño aquí. Hace unos días eché el cierre personal al Ask, porque sinceramente, las cosas estaban ya saliéndose de madre allí, con todo el mundo creyéndose en posesión del derecho a conocer cada mínimo detalle del desarrollo de mi vida privada. Así que no. Se acabó. Fin.

Podríais decir que me lo he buscado. Que yo he expuesto mi vida de esta manera y que ahora estoy recogiendo los frutos. Probablemente haya gente que lea esto y piense - tenía razón - y no pasa absolutamente nada. Si algo he aprendido en estos últimos años es a no tener miedo de admitir mis errores, ni de admitir que otras personas han tenido razón y yo no. No soy una persona excesivamente orgullosa, ni cabezota, ni obstinada.

Pero sí, supongo que ha llegado el momento de empezar a pensar un poco más en qué quiero que se sepa de mí y qué no. Las cosas solamente leídas pueden interpretarse de mil maneras. La gente puede hilar, y montar sus propias teorías que de hecho pueden no tener nada que ver con la realidad. Y no sé si me apetece estar metida en ese torbellino de chismorreo y frustración. No, porque ya no estoy sola, y no tengo que mirar única y exclusivamente por mí.

Creo que las personas somos algo más. Creo que un acto concreto no nos define, y que un texto, un vídeo o una canción no refleja al 100% la realidad de una relación. O de un sentimiento. No quiero que se me juzgue a través de lo que yo he considerado 'hacer algo bonito con lo que siento', ni que se me tache de nada, ni que se dude de mi veracidad a la hora de expresarme. No quiero que se piense que voy por ahí dando todo el amor del mundo a alguien para luego cambiar de recipiente, porque eso es absolutamente mentira. Y es por eso y por muchas cosas, que he entendido que si le das el poder a la gente para juzgarte, en cuanto tengan la más mínima oportunidad lo van a hacer. Y no te queda más remedio que apechugar con el asunto.

Y no sé, qué queréis que os diga; creo que sólo vine aquí para aprender a ser yo.



Besos.

jueves, 15 de mayo de 2014

Seis

Hola,

Quedan seis. Solo seis semanas para volver a casa. Quien dice seis dice cuatro, porque dos de esas las pasaré 'de vacaciones'. No queda nada. Qué miedo. Qué vértigo. Qué sensación en el estómago. Y es que ahora paso por todas partes y pienso en ese día que lo haga por última vez. La última vez que vaya a PF's, el último tikka masala, la última media pinta, la última puesta de sol en las estatuas, el último 'Morning' entrando tarde en la cocina, el último 'nite-nite' antes de irnos a dormir, el último abrazo de Pauline. Eso. El último abrazo de Pauline.

Anoche estaba sentada en mi cama, justo antes de que se fueran a dormir, cuando escuché a Ali decirle a su madre: ¿puedo ir a darle un beso y un abrazo a Rocío?, a lo que Pauline contestó que claro, que sí que podía. Acto seguido Alison le pregunto: ¿por qué no le das tú un beso y un abrazo? y escuché cómo Pauline se reía con cariño sin contestarle. Yo también me reí así, y no sé por qué me puso un poco triste pensar en nuestra despedida.

Siempre he hablado de los niños, pero nunca he hablado de ella. De mi 'madre'. Cuando eres aupair en realidad el 90% de tu relación profesional es con la madre de los susodichos, y yo he pasado mucho tiempo con Pauline. Me cae bien, y yo le caigo bien. Esa es una buena base para toda convivencia, sobre todo cuando no os conocéis de nada y tiene que dejarte a sus hijos. Recuerdo el primer día que la vi nada más aterrizar en Irlanda, con sus vaqueros y sus converse, dando saltitos en el aeropuerto con un cartel que llevaba mi nombre. Recuerdo lo bien que olía cuando me dio el abrazo de bienvenida, y cómo ese olor me acompañó prácticamente todo el primer mes - hasta que me acostumbré a su presencia y ya no lo percibía - .

Ella dice de mí que le doy paz. Que el resto de las aupairs la estresaban de alguna forma, y que conmigo todo es fácil y sencillo. Me ha abrazado al decirme adiós cada vez que me he ido, y siempre me ha pedido que vuelva. Me ha deseado suerte en todos los partidos que he jugado, y me ha preguntado qué tal me ha ido en cada cosa que he hecho. Me ha obligado a salir de fiesta, y se ha preocupado al verme llorar. Me ha llevado al médico, traído el desayuno a mi cuarto y cambiado las sábanas de mi cama cuando he estado mala, y me ha abierto una cerveza para decirme que no pasa nada por haber roto el faro trasero de su coche, mientras me contaba que su primer coche había sobrevivido a una inundación para hacerme sentir mejor. La he recogido de borrachera después de esperarla media hora en la puerta del bar. Le he hecho un regalo para el día de la madre y ella me lo ha hecho a mí, y hemos sufrido ataques serios de risa montadas en el coche al casi atropellar algún que otro animal salvaje - y bueno, podría seguir así un buen rato -

Si a alguien le tengo que dar las gracias por haber sobrevivido a esta experiencia, y además haberlo hecho siendo feliz, es a ella. Y cuando llegue el momento se lo diré, aunque me ponga a llorar en mitad del discurso. Y de verdad, si alguna vez sois aupairs, ojalá y os toque una familia como la que he tenido la suerte de tener yo. De verdad.


Un beso.

lunes, 12 de mayo de 2014

Algunas cosas que me hacen feliz

Hola,

El café cada vez más cargado. El sol, el olor del mar, y los besos que parece que no terminan. El helado en primavera. El sonido de su risa a cientos de kilómetros. La luz cuando atardece, el frío, y los abrazos por la espalda. Conducir deprisa. Despertarme en mitad de la noche, mirar el reloj, y darme cuenta de que me queda toda la vida para quererla. El olor de la lluvia. El sonido de la lluvia. La lluvia. Las cervezas en botellín. Lo baños de los bares. Los besos en la sien y las marcas en el cuello. Su olor en mi ropa. Los planes. El miedo. Y cuánto miedo, joder. Pero. Su forma de sonreír. Y de mirarme. Y de hablarme antes de dormir. Sus ganas de encontrarme y de quedarse. De no querer perderme. Y la cerveza fría en verano. Las carcajadas y los domingos sin salir. Sus manos y lo que las siguen. Ella. Es que ella. De entre todas las cosas posibles. Aquí. Conmigo.



Besos.

domingo, 4 de mayo de 2014

La pregunta del domingo.

Hola,

¿Sabéis? no soy tan buena como parezco. Pero os juro que lo intento. Prometo que me esfuerzo por creerme alguien íntegro, honesto y coherente. Pero he cometido tantos errores que no me caben en las manos, y la verdad, a día de hoy no me arrepiento de ninguno de ellos.

Se me podrá tachar de hipócrita. De oportunista. De manipuladora. Y tal vez todos esos calificativos oculten algo de verdad. Podrán contar de mí que siempre sonrío mientras destrozo vajillas enteras, o que no digo lo que realmente pienso mientras comparto unas cañas. Dirán que mis intenciones nunca fueron buenas, que no doy puntadas sin hilo y que no dejo nada a la casualidad. Y todo eso sería cierto - en parte -.

Dirán que soy demasiado seria y que me preocupo demasiado. Que no tomo decisiones precipitadas; que no me dejo llevar. Puede que cuenten que voy por ahí rompiendo corazones a diestro y siniestro, y que cambio de amor como quien se cambia de vaqueros. Y puede que lleven razón. O no.

Estos días tengo una mezcla importante de sentimientos. Pero supongo que uno de los predominantes es la frustración.

¿Se puede ser una frustrada feliz?



Besos