Las cosas curiosas de la vida

Yo soy un desastre. Sí, es un ataque esporádico de sinceridad pero es que es totalmente verdad. Tiendo a perder las cosas, y a no acabar lo que empiezo entre otros muchos defectos. De ahí que pocas veces haya conseguido llevar a cabo la ardua tarea de coleccionar algo.
Colecciones habré empezado una veintena, como cuando me dio por coleccionar las servilletas de los bares a los que iba, vasos de tubo de los bares (sí, me los llevaba, me declaro culpable), chapas de latas, cromos de pokémon, y cosas varias como hojas de cambiar en el colegio, o los chupetes estos chiquititos de colores que salían en las bolsas de pipas y que tanto me gustaban.
La cosa es que nunca mantuve una coleccion hasta el punto de considerarla como tal. Y creo que es precisamente porque cuando empezaba a plantearme: venga, voy a coleccionarlos, esos elementos desaparecían de la faz de la tierra. Así, como succionados por un agujero negro. Obviamente, esto no afecta a cosas como las servilletas de los bares, aunque estemos hartos de sentarnos en la única mesa que tiene un lado del servilletero vacío.
Toda esta historia la cuento porque hace un par de veranos, o tres, no lo tengo muy claro, me ví toda la serie de Sexo en Nueva York. Y uno de los novios de Carrie,Jack Berger, tenía una curiosa colección en una de las paredes de su casa: Cartas. Sí, cartas de jugar a las cartas, no las cartas del buzón. Creo recordar que Carrie le dijo algo como: vaya colección, con lo dificil que tiene que ser encontrar cartas así, tiradas por la calle, y que él le contestó que para nada, que había muchas, tan solo que la gente no se paraba a mirarlas.
Pues un buen día andando por aquí por la ciudad, vi una carta tirada en el suelo y pensé ¡Ois! ¡Una carta! ¡Jack Berger tenía razón!. Así que la cogí y me la guardé. A los pocos días iba por la calle con una amiga y me encontré otro par de cartas. Me preguntó que para qué las cogía y yo le conté toda la historia de sexo en NY y de cómo me resultaba curioso encontrarme cartas por la calle y que tal vez empezara a coleccionarlas. De eso hace hoy alrededor de 7 meses y no he vuelto a ver una mísera carta por el suelo, hasta hoy. Iba andando y ha llamado mi atención al cruzar la calle, he estado tentada de cogerla pero psss, ¿para qué? he seguido andando y otra, y otra, y otras dos más (a alguien se le ha debido caer una baraja) y he sonreido pensando en que tal vez las cartas me habían venido a buscar para darme un explicacion de por qué no se han cruzado conmigo en siete meses. Tal vez han notado que dejé de ir mirando las aceras buscándolas, y dicen que las mejores cosas se encuentran cuando dejas de buscarlas..¿no?