Silencio... estoy emitiendo vibraciones

Domingo y son las 0.14 de la mañana. Nada más deprimente. Bueno sí, podría estar lloviendo a mares y yo teniendo que salir de casa a las 8.30, pero ya hace mucho tiempo que no tengo que salir de aquí a esas horas intempestivas.
Pero aún así, no me gusta el final del domingo, ea. Pero bueno, como hoy el barça ha terminado por proclamarse campeón de liga yo estoy más feliz que una perdiz y como además no he bebido coca cola esta noche (tengo que empezar mi dieta y lo principal es eliminar cosas como esa) estoy medio adormilada.

Hoy voy a hablar otra vez de las cosas curiosas de la vida. Ella suele decir que tiene cara de atención al cliente, porque todo el mundo le pregunta dónde están los sitios, las cosas en los supermercados, y cuánto vale una camisa en las tiendas. Pero yo no creo que sea precisamente tener cara de atención al cliente, si no las ondas que emitimos y que otras personas captan sin darse cuenta. Como los delfines, estoy totalmente convencida de que nuestras emociones viajan por el aire y van chocando con la gente que nos cruzamos, y cuando esa onda vuelve con informacion positiva nos vemos alentados a preguntar a esa persona si es que necesitamos cierta informacion. ¿No os ha pasado nunca? Ir por la calle y necesitar preguntar algo. Nunca preguntamos a la primera persona que pasa así por que sí. Nos pasamos un rato indecisos, mirando a la gente pasar hasta que por fín decidimos lanzarnos y preguntar. ¿Pero por qué esa persona y no alguna de las cinco anteriores? ¿Será que esa persona tiene cara de atención al cliente?.
A mi también me suelen preguntar mucho las personas. Yo más que decir que tengo cara de atención al cliente digo que creo que tengo cara de buena persona, y que las personas piensan que ni voy a contestar borde, ni voy a mentirles (creo que eso está más relacionado con mi asertividad bajo cero que con ser o no buena persona).
Lo curioso es que cuando vamos las dos juntas, (ella y yo, se sobreentiende) la gente nos pregunta un montón. Me han preguntado más estando con ella que estando sola en toda mi vida y creo que es porque se hace un sumatorio de las vibraciones positivas que emitimos. Y el otro día, una vez más, un hombre se acercó a preguntarnos.
Era sábado y serían las 10 de la noche. Íbamos de camino a mi casa y acababamos de comprar la cena en el B.King, (estoy planteando el contexto, ya llego a la historia tranquilidad). Total que íbamos andando cuando vemos que un hombre de unos cuarenta y pocos se nos acerca, con cara de no saber muy bien por donde andaba, bien vestido y con un libro en la mano. Se acercó despacito (el muchacho se ve que era tímido, porque nosotras no imponemos demasiado tampoco ¿eh?) y nos preguntó: -Perdonad, ¿sabéis donde está el pub Touché?- Yo sí que sabía donde estaba, no porque yo sea una amante de ese pub, sino porque a parte de estar a unos 50 metros de donde estabamos (se podía casi ver desde nuestra posición), estoy harta de pasar por ahí todos los días para ir a mi casa. Le dije (amablemente) que estaba justo cruzando la acera y andando un poquito y él (amablemente) me sonrió, me dio las gracias, y cruzó. Seguimos andando en paralelo (casi tira por la calle que no es, menos mal que lo avisamos y lo guiamos desde enfrente) hasta que lo vimos entrar en el susodicho pub.
Nosotras seguimos andando y empezamos a hablar de aquel hombre. Y nuestra conclusión fue que un hombre de esas edad, solo, sin tener ni idea de donde estaba el pub, y con un libro en la mano, tenía que ser una cita a ciegas. Que tal vez iba a conocer a un amor cibernético. Sí, nosotras nos montamos muchas peliculas, lo se. Pero tal vez nuestra cara de atencion al cliente forme parte de una bonita historia de amor, o tal vez solo de una noche loca, pero bueno, sea lo que sea, la vida se resume en eso, en vibraciones como las de los delfines...a veces creo que la vida sería mucho más facil comunicandonos así.