Pese a los rumores, no. No tengo horchata en las venas

No me encuentro bien. Ni física ni emocionalmente. Tengo la sensación de que mi cuerpo se está preparando para ponerme bastante mala. Y no me gusta un pelo.
Mi estado de ánimo no ayuda. Está científicamente demostrado que la tristeza ayuda a que las defensas se desentiendan y tengas una mayor probabilidad de pillar cualquier cosa. Y me parece que ese va a ser el caso.
Me extendería, contaría mis penas. Pero no puedo. No puedo decir lo que siento realmente. Me siento atada de pies y manos. Vigilada por todas partes. Siento que me quedo sin apoyos, sin cimientos. Y aunque se que uno de esos ciimientos es fuerte ,yo no soy capaz de controlar lo que siento ahora mismo.
Cosas que hasta hace días me hacía ilusión hoy no me apetecen en absoluto. Me da pavor volver a la universidad. Que mi hermana se vaya otra vez a vivir fuera y me vuelva a dejar sola en casa. Sola. Esa es la palabra.
Tengo esa sensación en la boca del estómago, como si acabara de vomitar. Una mezcla de nerviosismo, incomodidad y malestar. No puedo mantener los ojos abiertos mucho rato. Me muero de sueño sin saber por qué. Lloró sin saber por qué. Rabio del dolor de mi oído izquierdo y tampoco se por qué.
Me dormiría ahora para no despertarme en un mes. O mejor, no despertarme durante un tiempo indefinido. Pero como la mayoría de las cosas que me rodean, no es posible.

Besos