¿Alguna vez habéis escuchado una canción que os ha provocado una sensación indescriptible?. Hoy me ha pasado a mi. Y me he puesto a escribir con la música de fondo y cuando he querido darme cuenta había rellenado muchas más líneas de las que esperaba. Voy a dejar la música. Si queréis ponerla de fondo mientras leeis la entrada tal vez podais sentir lo que yo he sentido. Tal vez...
Por cierto, el video lo he buscado después de escribirlo todo. Por un momento prometo que me he quedado helada al ver el principio del video...si leeis y lo veis tal vez entedais el por qué.
Rob Costlow LA /Passing By
La vida no era fácil. Y ella se limitaba a sentarse en el alféizar de su ventana mientras la gente, apresurada, abarrotaba las calles. Tan gélidas, tan llenas y tan vacías de esa vida que hacía tanto ruido a su alrededor y que ella no parecía vivir. Las luces cegadoras, las estrellas fugaces. Y después ese círculo amarillo en sus retinas al cerrar los ojos.
La vida nunca fue un paseo, no es algo a lo que se viene a divertirse. La vida es un campo de batalla. Una lucha diaria, constante. Y que probablemente termine venciéndonos mientras nos limitamos a desaparecer de la faz de la tierra. Y sí, nos recordarán las siguientes generaciones. Nuestros hijos, nuestros nietos. Tal vez nuestros bisnietos sepan cómo nos llamábamos. Y puede que esas palabras perdidas, esas fotos olvidadas, esos actos, logros que tanto nos ha costado conseguir, se pierdan en el recuerdo de lo que fuimos una vez y nunca más seremos.
La existencia es fugaz, efímera. Venir para irse. Despertarnos cada día sabiendo que será un día menos de nuestra vida. Horas que no volverán, minutos, segundos que se pierden. Que se gastan como se gastan los neumáticos de un coche en la carretera en verano. Y mientras llora, le asaltan un sinfín de sentimientos. Recuerdos que nunca ha vivido. Ideas, imágenes que tal vez habría deseado convertir en realidad. Todas bajo la luz del atardecer de Julio. Esa luz que solía disfrutar con sus amigas, sentada en el bordillo de cualquier piscina. Ahora le parece que eso sucedió hace siglos y que aquellos fueron los mejores días que vivió. Echaba de menos esos días de sol y de risa. De pensar que eran lo más importante. El ombligo, la esencia de la vida. Que eran las que cambiarían el mundo y que todo se rendiría a sus pies.
Hacerse mayor es simplemente continuar subidos en ese coche al que poco a poco vamos desgastando las ruedas. Sobre el asfalto ardiente de esas mismas tardes de verano. Llevando el pelo suelto, una canción a todo volumen y gritando alguna canción que suene en la radio. Llevando unas gafas de sol, una camisa ancha y una bolsa con lo justo y necesario para no volver en un par de días. Gritando esa letra con sus amigas de toda la vida, sentir que las une algo más allá de ese momento. Ese momento que ella desea que sea para siempre. Abriendo los brazos y notando como el aire levanta su camisa, su pelo y su sonrisa. Y en ese momento no puede sentir más felicidad porque no cree que haya otro momento que equipare esa sensación de plenitud. De libertad.
Para el coche en cualquier recoveco de una carretera, al filo de una montaña. Y ve como se pone el sol mientras bebe las últimas gotas de una botella de cerveza. Y nota como sus hombros chocan con los de esas personas que la han visto crecer. Que han compartido sus travesuras y sus secretos. Que han llorado con ella y han reído en cada momento. Las mira y mira como el sol se esconde tras la montaña. Y es capaz de sentir como la vida puede respirarse. Como puede tocarse. Como en ese preciso instante en el que empieza a notarse la brisa de las noches de verano pararía el tiempo. Y no se haría mayor. Quedarse ahí, congelar ese instante de felicidad sabiendo que no hay que volver a sufrir, ni a llorar.
El sol termina por esconderse. Esa es la mejor hora de las tardes de verano. Esa luz, esa paz. Siempre le encantó esa luz y lo que le hacía sentir. Querría parar el tiempo en ese instante y no volver. Quedarse allí para siempre. Y no pensar en que un día no sería recordada por nadie. No pensar en que la vida se encargaría de borrar sus huellas. En aquel instante ella sentía que su huella era imborrable. Sentía la vida fluir en sus venas. En aquel alféizar de aquella ventana, de aquella casa en aquella abarrotada ciudad, ahora ella sonreía.
Besos
10 comentarios:
Pues sí. Estamos de paso, y deberíamos aprovechar cada minuto como el último, por lo que pueda pasar... Está claro que nadie se queda aquí, que todos nos iremos, como digo, en cualquier momento. Tendemos a pensar en estas cosas cuando perdemos a alguien, cuando ese alguien nos deja y seguro que en su día también pensó como tú y como yo.
A disfrutar la vida a tope, que son dos, sólo dos días.
Muuuaka grande!
P.D.- Preciosa música :D (ya sabes que soy la "tontalascanciones"
Pff...me ha encantado tu forma de expresarlo, oler, tocar y respirar la vida, y a veces parece que el mundo late al mismo ritmo que tú, sabiendo además que esos momentos existen en tanto que tú existas...Escribes muy bien :)
WOW! Me ha gustado mucho!! nominación al premio Cervantes right now! jaja no enserio, muy bonito =)=)
MUÁ!
Ellen.
A mi me pasó cuando escuché esto por casualidad:
http://www.youtube.com/watch?v=_Ewdw3CbhQQ
Por eso te leo.
Simplemente...me ha encantado...
Qué bonito... me encanta el relato, y la música... puf, me ha puesto los pelos de punta. (Me ha recordado al estilo de música que creaste tú para tu corto, sueles escuchar música así? Puedes poner más links?). Simplemente bellísimo, qué paz...
GENIAL. simplemente.
he encontrado tu blog de casualidad mirando gente con intereses parecidos a los míos x) y me alegra haberlo hecho.
estoy completamente de acuerdo, la vida no se para y hay que saber vivirla, exprimirla y aprovechar cada instante como si fuera el último, cualquier decisión que tomas, cualquier SÍ, cualquier NO, será irrepetible y no habrá otro igual por más que lo busques..
supongo que compartimos además de algunos gustos una especia de filosofía de vida jajaja, te seguiré muy de cerca! (es una promesa, no una amenaza)
te invito a mi blog: http://trecethirteentreize.blogspot.com/
nos vemos por aquí! un beso!
He oído más de una canción que me ha provocado más de una sensación indescriptible. Es el poder de la música :)
He llegado a tu blog por casualidad ("de blog en blog", digamos xD), y lo cierto es que me ha encantado cómo escribes.
Este texto me ha recordado al Rey León. "Unos dicen 'como o sé comido', otros dicen 'vive y deja vivir'".
Yo opino que la vida hay que vivirla (por definición :P)
Un saludo
Hola, siento no ser original anunciando lo de que llegué a este blog por casualidad (me cuesta a mi creer en esto), el caso es que leía el blog de "dospasosalfrente" de ahí llegué a "lamujerD" y aquí encontré "Comoseryo". Leía atentamente (cosas que tiene el paro, hay tiempo de sobra para leer todo lo legible) las últimas entradas hasta que dí con ésta. Hablabas de una sensación que me ha resultado familiar, alguna vez una melodía me llevó a escribir o a juntar letras (depende del espíritu crítico de quien lea), el caso es que esto fue lo que surgió:
http://magia0001.blogspot.com/2010/09/ficcion-iii-por-vivir.html
Me gusta la música y a veces disfruto escribiendo, por supuesto ni de lejos como Beta "mimadreesidiota" que es agudísima escribiendo y tiene un talento impresionante.
Un saludo. Feliz finde
Ciao.
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